domingo, 5 de junio de 2011

El peinado como símbolo




En la antigüedad, el cabello era símbolo de vitalidad. Por ello, ha sido siempre objeto de atenciones y cuidados.
Calvicie, canas y caída del cabello han sido siempre signos valorados negativamente como señales de vejez o de enfermedad, que el hombre se ha esforzado por combatir con diferentes medios.
La dignidad y el estado social del hombre se podían apreciar por la longitud de sus cabellos. El pelo largo lo llevaban quienes nacían libres, los nobles, los guerreros y los dioses.
Mientras que cortos, principalmente en las culturas romanas, los esclavos, los sirvientes y trabajadores, lo que proporcionaba a estas mayor higiene.







Pelucas en el siglo XVII


Durante cientos de años fueron los monarcas y los nobles los que marcaron las pautas de la moda. La peluca era símbolo de estatus social, pero también de utilidad específica:
En el siglo XVI se volvió a rescatar el uso de pelucas en las cortes europeas. Las pelucas tenían el propósito de prevenir la tiña y los piojos, enfermedades muy frecuentes en aquella época debidas a las malas condiciones de higiene, así como encubrir la suciedad. Además servían como calentar y resguardar las cabezas de los cortesanos que vivían en espaciosos castillos y palacios con grandes corrientes de aire, y por el frío invernal que en ellos se producía.
 La reina Isabel I de Inglaterra se fue haciendo con una importante colección de pelucas rojas, elaboradas y peinadas al estilo romano. 


Reina Isabel I

En el 1620, Luis XIII quedó calvo y, en Francia, se generalizó el uso de pelucas y postizos de cabello natural, de crin o estopa. Pelucas rubias para las mujeres, negras o blancas para los hombres. En tiempos de Luis XIV, uno de los cargos más honorables era el de inspector de pelucas. 


Rey Luis XIII


Rey Luis XIV


Mientras el rey Luis XIII de Francia puso de moda a partir del siglo XVII que los hombres llevaran pelucas. La pelucas se introdujeron en el mundo anglosajón en la época del rey Carlos II de Inglaterra durante la restauración del trono en Inglaterra después de un largo exilio en Francia. Estas pelucas llegaban a la altura de los hombros, imitando los largos cabellos tan de moda entre los hombres desde la década de 1620. Siendo las pelucas una prenda obligatoria para los hombres de prácticamente toda extracción social, el gremio de los peluqueros ganó un prestigio considerable. El gremio de los peluqueros se estableció en Francia en 1665. Las pelucas en esa época estaban muy elaboradas y cubrían fácilmente los hombros y el pecho. No es extraño que fueran pesadas e incómodas. La pelucas más caras se elaboraban con cabellos humanos, no obstante habían materiales alternativos más económicos como el pelo de caballo y cabra.








A partir de entonces fueron una prenda indispensable para los caballeros y damas cortesanos.
Los aristócratas optaban por ponerse pelucas empolvadas ya que muchos tenían el cráneo afeitado, como medida de higiene contra los parásitos, mientras que unas varillas de materiales preciosos, preferentemente marfil, servían para rascarse elegantemente la cabeza sin tener que quitarse la peluca en público. 
Las famosas pelucas blancas, iban acompañadas de accesorios muy complicados, que incluían hasta maquetas, difíciles de transportar a la hora de trasladarse de un lugar a otro. 
Con una mezcla de talco y almidón, estas pelucas se empolvaban para que lucieran lo más blancas posible, y para enrularlas los peluqueros enrollaban sus mechas en cilindros que calentaban en hornos de panadería. 


Hombre con peluca empolvada, finales del siglo XVII



En el siglo XIX existía una gran variedad de pelucas disponibles, si bien las pelucas completas no estuvieron de moda a lo largo de dicho siglo y a principios del XX las utilizaban las damas mayores que habían perdido su cabello.
Las pelucas se llevaban habitualmente durante los comienzos de la historia americana. Así lo hicieron John Adams, Thomas Jefferson, James Madison y Alexander Hamilton.
Actualmente, en la mayoría de los países de la Commonwealth las pelucas especiales son llevadas por abogados, jueces y un cierto número de oficiales del Parlamento como símbolo de su oficio. Hasta 1823, también todos los obispos del Reino Unido utilizaban pelucas ceremoniales.


Todavía, entre algunos, existe la creencia de que el pelo significa fuerza. Hombres notables como Carlomagno, Enrique VIII de Inglaterra y el monje ruso Rasputín, se hicieron famosos por sus proezas sexuales, su fuerza y sus profusas cabelleras. Pero por otra parte, la excesiva pilosidad se asociaba a menudo con perversidad, como en el caso de Barba Azul. Y para finalizar,  una frase del texto de Galeano: “Si el pelo fuera importante estaría dentro de la cabeza, y no fuera”.

Rasputín

Carlomagno

Enrique VIII



El peinado en los años 70






Hace algunas décadas el pelo, o más bien, el peinado, era una de las señas de identidad que distinguía unas tribus urbanas de otras. Para saber los gustos musicales de alguien solo había que mirarle la cabeza y los pies.

Uno de los grandes cambios a lo largo de la historia está relacionado con el peinado, que variaba todos los años. Durante los años 70, surgieron algunos peinados de lo más pintorescos jamás creados.
El musical revolucionario “Hair”, realizado por primera vez en Nueva York en 1967, cuestionó los estándares de moralidad, sexualidad, racismo, violencia y aceptación social.
Todo el mundo quería tener el pelo largo y liso. 
Su libertad de expresión, su libertad de acción, su despreocupación, y su total libertad provocó una época propicia para las experimentaciones.









En general se podría mencionar la tendencia de adoptar un modo de vida comunitario, basado en el amor, la paz. Renegaban del nacionalismo y de la regulación estatal, de la mercantilización y burocratización de la vida cotidiana, y del consumismo y del capitalismo. Esto se solía hacer mediante la participación en activismo radical y/o mediante la práctica de la simplicidad voluntaria en desacuerdo con los valores tradicionales de laclase media y de la burguesía así como los de la burocracia. Se considera en contra el paternalismo gubernamental, el militarismo, las empresas multinacionales, y los valores sociales tradicionales
La causa que llevo a muchos hippies a entrar en la protesta social fue la Guerra de Vietnam.


















Imagen icónica del movimiento hippie, 1967


Joven muerto durante una protesta en 1970








El ícono del hippie suele ser un hombre con el pelo y barba notablemente más largos que lo considerado «elegante» en la época. Ambos sexos tendían a dejarse el cabello largo y algunos hippies caucásicos lo llevaban al estilo afro, imitando a los afroamericanos. Una manera de romper con los patrones sociales existentes era algo tan simple como llevar los pantalones puestos fuera de su lugar, en el hip o cadera, haciendo lucir a la persona desaliñada. De ahi una de las acepciones de la palabra hippie, el que lleva los pantalones a la cadera.










Para ambos sexos, tanto el cabello largo como su forma de vestir funcionaban como señal de pertenencia a esta contracultura y muestra de su actitud iconoclasta (rechazar la autoridad de normas o modelos).

Mucha gente no asociada a la contracultura consideraba estos largos cabellos una ofensa, o «anti-higiénicos», o consideraban aquéllo «cosa de mujer». El entonces gobernador de California, Ronald Reagan, definió al hippie como «un tipo con el pelo como Tarzán, que camina como Jane y que huele como Chita».


Ronald Reagan






En agosto de 1969 tuvo lugar el famoso Festival de Woodstock con la asistencia de alrededor de 500,000 personas de todo el país. 
Este momento fue la cúspide del movimiento. La reacción mediática y conservadora posteriormente quiso desprestigiar al movimiento entero asociándolo a hechos terribles sobre los cuales se desplegó una fuerte acción como
 el asesinato de un joven afro-americano por parte de un miembro de la pandilla de motocicletas Hell´s Angels en el concierto de Altamont en California de 1969, mientras tocaban los mismísimos Rolling Stones.



Algunos iconos hippies son:








The Beatles



Janis Joplin



Jim Morrison


John Lennon y Yoko Ono



Led Zeppelin






Pink Floyd


















The Who





EL PELO COMO SÍMBOLO DE DISTINCIÓN

En la antigüedad el pelo representaba la fuerza, y también se le atribuyeron poderes mágicos, de hecho, a las brujas de la edad media se les afeitaba cabeza y cuerpo, porque creían que en el pelo tenían parte de su poder. Del peinado, como distintivo social, se valieron siempre los personajes importantes: desde las pelucas de la realeza egipcia a los peinados imposibles de la nobleza del siglo XVII. 
Podemos decir que hasta la Revolución Industrial se daba importancia al hecho de vestirse motivada por la ostentación de riqueza, el gusto por el lujo, la distinción social expresada en el vestido; después lo que nace es concretamente un producto industrial y de consumo llamado moda.
Ya en el siglo XX el pelo se convirtió en insignia de muchos movimientos sociales y culturales.

En ambos imágenes, el peinado es un símbolo de distinción.





Para el monarca será un elemento social necesario de su rango, introducido por higiene y por estética. 
Mientras que para el grupo musical Rolling Stones, el pelo no se relaciona con el estatus social, sino con su ideología iconoclasta y su forma de vida: la libertad del individuo.





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